viernes, 4 de abril de 2014

Las rayas de colores: el alma de nuestro hogar

Hay veces que entras en una casa y sientes que estás en un hogar. No por el hecho de que te guste estéticamente, si no porque refleja que es el alma de sus dueños.

En cambio, hay veces que entras en otras y no lo sientes así, y es porque no sientes reflejo de sus habitantes en ella.

Este es un planteamiento que me he hecho desde muy pequeña, y lo notaba principalmente en una cosa: en el olor que desprendía cada hogar. En un mundo de modas, en “estar al día”, en “ir a la última”, muchas veces nos olvidamos de lo más importante: ser uno mismo. Estoy muy filosófica yo hoy pero es lo que pienso. Las modas, los medios de comunicación, las redes sociales y las tendencias nos pueden llegar a influir tanto que podemos llegar a “olvidar” un poquito que es lo que queremos y como queremos hacerlo.

Hablo de esto porque en menos de un mes Mr. B y yo celebraremos un año en nuestro hogar. Un piso que pasó por una reforma integral y a la que sobrevivimos como nunca lo hubiera imaginado, de bien!!! Lo cambiamos todo, desde la instalación eléctrica hasta la las paredes. No es el piso que era en un principio porque es precisamente lo que queríamos: nuestro hogar. Y ya no solo en temas arquitectónicos, sino estéticos. Sabíamos que queríamos suelos de madera oscura, muebles auxiliares antiguos restaurados, pero también otros modernos y blancos para que contrastaran con la madera.

 Además, contamos con una ventaja y es que tener un hogar que da todo al exterior nos hace disfrutar de una luz que es un lujo… y más con el sol de Valencia. Pero si algo primó en nuestras decisiones fue una cosa: queríamos una casa llena de rayas. Que cada estancia tuviera su color propio. Rayas en blanco y en otro color para cada habitación. Fue lo primero que decidimos, y fue algo que pensamos hace muchos años, incluso antes de vivir juntos. Y esto tiene una historia y una fuente de inspiración.

Mientras estudiaba la carrera estuve un año y medio llevando el departamento de comunicación del diseñador valenciano Francis Montesinos. Trabajábamos en su estudio, un precioso piso con jardín privado en la calle Trinitarios (actualmente ya no está allí). Y lo primero que me enamoró solo entre allí fue el salón donde recibía a sus clientes (entre muchísimos otros conocí a mi cantante “papito” Miguel Bosé). Un salón lleno de rayas blancas y azul zafiro y lleno de objetos personales y de espejos. Ese fue un flechazo que nunca olvidaré.

La historia (y la casualidad) es que años después, cuando ya no trabajaba allí, fui a hacerles una de mis habituales visitas y llevé a Mr. B. ; me hacía ilusión que conociera a la gente con la que había trabajado allí y que viera ese maravilloso estudio que tanto me había enamorado. Cuando salimos de allí lo primero que me dijo Mr. B fue “cuando tengamos una casa juntos, quiero que nuestro salón sea así, con esas rayas”. Nunca le había contado mi flechazo, y él también lo tuvo. Era una señal.

Y años después aquí estamos con un hogar en el que todo el salón y estancia principal de la casa es exactamente igual del que ambos nos enamoramos. Esta es una pequeña historia de las muchas que ya tiene nuestra casa de rayas, pero me apetecía contarla porque fue, sin duda, la primera inspiración que tuvimos para nuestro futuro en común.

Que tengáis un genial fin de semana!!!

Besos ,
 maria.

 PD: subiría fotos, pero aún no me aclaro con la tecnología blogger, lo siento. De todos modos, en mi cuenta de Instagram hay fotos colgadas de nuestro hogar. Mi cuenta es @marietacf . Prometo ponerme al día con el tema fotos!!!

1 comentario:

  1. Entiendo perfectamente a lo que te refieres con sentir que estas en un hogar, o no. Yo, que sí he visto las fotos de tu morada, me flipa! No dejes de escribir y de contarnos cosas. Un besazo enorme!
    Gisela.

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